Calor.

Descubrí a Nudozurdo hace casi dos años, en unas condiciones, supongo, óptimas para que el grupo me calase en lo hondo. Sintética me parece un disco redondo, ferozmente intenso y al que acudir cada cierto tiempo, como para poner una lavadora de sensaciones y quedarte ahí, de pie, viéndolas dar vueltas. Me fascina.